La cultura, como tantas otras cosas, tamizada en el sinfin de conceptualizaciones sociales, políticas, económicas... nos va atravesando con construcción de pensamiento y también de emoción...
Hablar de cultura es, necesariamente, problematizar el pensamiento, por lo menos quinientos años... Vaya! Pero, ademas de todo lo que podamos cotejar para ampliar el espectro de análisis, en cada hecho hay personas, seres que sienten y piensan y son atravesados por el mismo río conceptual que pivotea los distintos andariveles de nuestra composición humana.
Aca, algunas miradas, algunas voces menos resonantes, un puñadito de humanidad que se expresa y dice cosas. Que por supuesto contienen muchos de los conceptos que colectivamente deberíamos repensar... pero por sobre todo análisis, se escuchan bastante poco.
En lo particular, me conmueve profundamente el inicio de este trabajo. Clarificador.
Ramon Ayala - El Cosechero
"Venían de Corrientes en una balsa,
una embarcación antigua
que traía los trabajadores al Chaco.
a los algodonales de Saenz Peña-
Era la piel morena-
El sombrero llovido de tiempo,
las alpargatas con bigotes,
los ojos brillantes de horizontes
que se perdían
por los brillos blancos del algodonal.
Iban al mundo de la cosecha.
En la cubierta
repleta de viajeros,
venían las familias de los trabajadores
con guitaras,
alforjas
y hasta un niño con el rostro anaranjado
por el color del mango sabroso.
Desde allí era el viaje hacia el corazón del Chaco,
tierra de pioneros, Matacos, Tobas...
y allí nació "el cosechero"
con un destino de pueblo.
Algodón que se va, que se va
plata blanda mojada de luna y sudor.
Un ranchito borracho de sueños y amor
quiero yo.
Quiero yo,
Quiero yo...
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